En una resolución que marca un hito en la Justicia argentina, el Jurado de Enjuiciamiento destituyó este martes a la jueza Julieta Makintach luego de concluir que su participación en el documental Justicia Divina constituyó una violación grave al deber de imparcialidad durante el juicio oral por la muerte de Diego Maradona.
La decisión fue unánime y puso fin a dos semanas de audiencias que expusieron una compleja trama de grabaciones clandestinas, mensajes de WhatsApp y vínculos con la producción audiovisual. Según se determinó, la magistrada tuvo un rol activo en el proyecto, que aprovechaba la relevancia pública del caso y utilizaba la figura de Maradona para construir un relato protagonizado por ella misma.
Las imágenes del tráiler difundido en pleno proceso judicial desataron un fuerte escándalo. La exposición mediática de la jueza se volvió incompatible con la conducción del juicio y derivó en la nulidad absoluta del debate oral, un hecho que retrasó meses la búsqueda de responsabilidades por la muerte del futbolista.
La destitución de Makintach deja una serie de precedentes clave para el sistema judicial del país:
Marcó que la participación de magistrados en producciones mediáticas sobre causas en trámite constituye falta grave.
Estableció límites precisos respecto a la exposición pública de los jueces.
Reafirmó que la apariencia de imparcialidad es tan esencial como la imparcialidad real.
El fallo cierra un capítulo controvertido en la Justicia bonaerense, pero abre un debate profundo sobre la ética judicial en tiempos de hiperexposición mediática. Mientras tanto, el juicio por la muerte de Maradona deberá reiniciarse desde cero ante un nuevo tribunal en San Isidro, con la expectativa social puesta en que esta vez el proceso avance sin interferencias externas.