Los colegios privados podrán fijar sus cuotas sin controles: impacto en Provincia y qué esperar en 2026

El Gobierno nacional avanzó con una nueva desregulación que afecta directamente al sistema educativo privado. A partir del Decreto 787/2025, publicado este martes en el Boletín Oficial, las escuelas privadas de todo el país podrán definir libremente el valor de sus matrículas y cuotas mensuales, sin necesidad de informar con anticipación ni solicitar autorización al Estado. La medida deroga el esquema de control vigente desde 1993, que buscaba prevenir aumentos abruptos y garantizar previsibilidad para las familias.

Según el Ejecutivo, el régimen anterior obligaba a las instituciones a anticiparse a los costos futuros, lo que derivaba en cuotas elevadas o en dificultades de sostenimiento económico. El Gobierno argumentó que la desregulación permitirá mayor flexibilidad, especialmente para escuelas medianas que enfrentan incrementos constantes en salarios, servicios y mantenimiento.

No obstante, la decisión abre un debate profundo a días del cierre del ciclo lectivo. Distintos sectores advierten que, sin controles, podría haber aumentos más frecuentes y sin techo claro, afectando el acceso a la educación privada en un contexto económico sensible.

Qué sucede en la provincia de Buenos Aires
En la provincia de Buenos Aires, uno de los distritos con mayor cantidad de escuelas privadas del país, el impacto no será inmediato. Allí continúa vigente el régimen local que exige autorización para actualizar cuotas, por lo que los colegios deberán seguir solicitando aprobación antes de modificar los aranceles.
Desde el Gobierno bonaerense anticiparon que no acompañarán la flexibilización nacional, lo que mantiene un esquema de protección para las familias, al menos durante 2026.

En ciudades como La Plata y el Gran La Plata, donde los presupuestos familiares ya se encuentran tensionados por el aumento de tarifas, alquileres y alimentos, la discusión se vuelve especialmente relevante. La evolución de las cuotas educativas se proyecta como uno de los factores clave para el próximo año. La discusión recién comienza y promete convertirse en uno de los ejes más sensibles de cara a 2026, donde se combinarán economía doméstica, regulación provincial y disputa política en torno al acceso y sostenimiento de la educación privada.