
La reciente anuncio de una inversión de $9.800 millones para restaurar el Teatro del Lago Martín Fierro, ubicado en el Paseo del Bosque, generó una fuerte reacción negativa en la comunidad educativa de La Plata y la región, en un contexto marcado por las denuncias por falta de calefacción, filtraciones, y aulas clausuradas en numerosas escuelas públicas.
El proyecto fue presentado por el Gobierno provincial como un “hito cultural y patrimonial”, y contempla un plazo de obra de 18 meses, con trabajos de restauración, mejoras tecnológicas, sanitarios, camarines, espacios gastronómicos y un museo de sitio. Sin embargo, el anuncio encendió la polémica al coincidir con una nueva ola polar que expuso nuevamente el deterioro estructural en colegios de todos los niveles.
“¿Qué prioridades tiene la gestión?”, se preguntan docentes, alumnos y familias, que vienen reclamando desde hace años inversiones reales y sostenidas en infraestructura escolar. Según denuncian, muchas instituciones siguen funcionando con techos que gotean, baños clausurados, paredes electrificadas y estufas rotas, mientras se multiplican las movilizaciones por el derecho a estudiar y enseñar en condiciones dignas.
“Está claro que la cultura es importante, pero no puede anteponerse al derecho básico a la educación”, señaló una docente de secundaria durante una de las protestas. En redes sociales, el descontento también se manifestó con publicaciones virales que comparan la inversión en el teatro con la situación de abandono que atraviesan cientos de edificios escolares.
El debate se instala nuevamente en torno al uso de los recursos públicos y el contraste entre obras de alto impacto simbólico y la postergación de necesidades estructurales urgentes en el sistema educativo provincial.